Yoga Nidra es el yoga del descanso profundo del cuerpo y de la mente. Es el camino a través de la atención, la relajación para que uno mismo experimente lo que realmente significa la paz profunda en el amplio sentido de la palabra.
En consulta me encuentro a veces con personas que tienen problemas de sueño y solemos llegar a buen puerto cuando estabilizamos lo que ocurre. Sin embargo, siempre he pensado que tener algo en la mano, un conjunto de técnicas que nos ayuden a darle la vuelta a la dificultad para descansar puede ser un gran regalo.
El descanso es absolutamente necesario para tener buena salud. Es una necesidad básica y orgánica. Necesitamos mucho más descanso del que nos damos. Vivimos en una sociedad que sacrifica el descanso y valora mucho más la actividad cuando para estar bien ambos deben estar en equilibrio.
Es común cuando uno empieza a practicar Yoga Nidra que se quede dormido y está bien que ocurra. Es lo que el cuerpo y la mente están necesitando en ese preciso instante, aunque Yoga Nidra sea mucho más. Es la oportunidad que tiene el organismo para aprovechar algo tan básico.
El descanso es intrínseco a todo ser vivo. Es una necesidad básica marcada por los ritmos circadianos. Es el propio ritmo que permite el equilibrio que necesita el organismo para realizar todas sus funciones fisiológicas.
Varias teorías desde hace décadas secundan la necesidad de un buen descanso para restaurar la energía empleada en las funciones corporales y neurológicas. El desequilibrio que supone nos repercute:
Nos vuelve proclives a los accidentes.
Aumenta la tensión arterial y nerviosa.
Estamos más cerca de la irritabilidad, falta de paciencia y de la ansiedad.
Disminuye el rendimiento y la capacidad de concentración.
La creatividad podríamos decir que desaparece.
El propio desgaste de no descansar bien dificulta la reflexión serena, profunda y eficaz.
En mi experiencia, cuando entrenamos nuestra mente para ponerla al servicio del cuerpo, el camino es el éxito. Supone una práctica diaria que contará siempre con ejercicios específicos de atención.
Es un paso que lleva al otro y es inevitable que empiecen a asomar estructuras internas con las cuales nos movemos. Nuestra atención durante el día cambia y nos muestra aspectos de nosotros que nos pasaban por alto. Por lo tanto, reeducarnos en este sentido nos llevará siempre a caminos muy interesantes.
Con Yoga Nidra vamos varios pasos más allá, pero probablemente, la necesidad de descansar bien sea la razón primera que nos lleve a probar esta práctica.
Gracias a YN nos predispone a un descanso diurno realmente efectivo y a un reparador descanso nocturno.
Es una relajación muscular consciente que incluso permite deshacer contracturas musculares y resolver dolores que pueda haber en el cuerpo desde hace años. De esto doy fe de mi práctica personal, así cómo resuelve las tensiones acumuladas a nivel orgánico, emocional y mental, proporcionando un estado nuevo interno.
Con Yoga Nidra descubrimos lo que significa físicamente poner la atención. Hay zonas en nuestro cuerpo totalmente olvidadas que al poner nuestra atención despiertan a veces trayendo dolores antiguos o mostrando con claridad los actuales. Si se tiene paciencia, el propio organismo con la práctica diaria resuelve con una nueva sensación de equilibrio.
De hecho, a través del Yoga Nidra le devolvemos al cuerpo lo que es suyo, conectado con nuestra atención y nuestra energía vital.
Ya sólo esto que no es ni una cuarta parte de lo que puede aportar Yoga Nidra, nos dará mejor calidad de vida y nos abrirá a percibir y percibirnos de forma distinta.
Rosa Maria Plana
Instructora Yoga Nidra